Ella nos relató su experiencia de retorno a la Argentina y también qué sintió cuando pisó Miami, al regresar la semana pasada.
A todas nos resultó evidente que no hay nada escrito en esto de emigrar, de cambiar de país, de buscar qué es lo mejor para cada una.
Nos quedó claro que al emigrar ponemos en una balanza lo que es importante para nosotras (afectos, seguridad, progreso, felicidad, etc.) y entonces decidimos qué plato de la balanza tiene más peso.
Cada una construye un plato diferente, e incluso lo va modificando a lo largo de la vida. Si bien algunas estamos conformes con la decisión tomada, otras nos levantamos cada día replanteándonos la elección de país que hemos hecho.
En esta reunión, así como en la anterior, fuimos contando proyectos y experiencias individuales. Esto se debe a que nos conocemos más y podemos zambullirnos con mayor profundidad en los nuevos temas que van apareciendo.