Ser las “sabias de la tribu” es ser las mayores, y ser las mayores implica reconocer que el tiempo pasa, que nos vamos poniendo viejas (como dice la canción) y que tarde o temprano nos llegará el fin.
Estuvimos de acuerdo con que los avances de la ciencia han hecho que el envejecimiento biológico se haya pospuesto y que, actualmente, las personas de 60 años son las de 40 años de hace un tiempo atrás.
Nos planteamos que es importantísimo preguntarnos ¿qué tipo de mujer mayor queremos ser? Y al hacerlo recordamos a las típicas mujeres mediterráneas vestidas de negro, muchas de ellas viudas a temprana edad, que no han tenido proyectos individuales satisfactorios y que simplemente han “durado”. Es evidente que estas mujeres no nos sirven de modelo.
Diferentes participantes del grupo dieron ejemplos de madres, abuelas, hermanas y amigas. Algunos positivos y otros no tanto.
Una participante planteó que “nuestra generación no tuvo modelos, fuimos pioneras de muchos cambios” y por lo tanto debemos crear nuevamente nuestros patrones.
Para graficar el tema yo había sugerido al grupo que, durante el mes previo al encuentro, vieran las siguientes películas (o cualquier otra vinculada con el tema):
-The Best Exotic Marigold Hotel, director John Madden
-All togheter, director Stéphane Robelin
-Quartet, director Dustin Hoffman
-Gloria, director Sebastián Lelio
Las películas que vimos nos conmovieron y el tema recurrente en ellas: vivir entre pares, nos pareció muy interesante. De hecho muchas ya lo vienen planeando. Y además, una de nosotras ha coordinado por un año y medio a un grupo de mujeres que tomó la decisión de vivir juntas.
Una participante planteó una preocupación: al emigrar hemos perdido una infraestructura (amigos y familia) de la cual no éramos conscientes mientras vivíamos en nuestros países de origen. Pero también señaló que actualmente la familia no tiene el mismo rol que antes en el cuidado y contención de los viejos.
El adulto mayor es la misma persona que una vez fue niño, adolescente y adulto joven. La vejez es un momento de la misma línea. Por lo tanto no debemos olvidar que se envejece como se ha vivido. Y siguiendo esta frase es lógico pensar que una persona que haya sido activa, inteligente y querida durante su juventud, sea activa, inteligente y querida durante su vejez.
No podemos tener una actitud falsamente eufórica y decir que envejecer no nos preocupa. Ir perdiendo la vitalidad y la salud, e incluso la belleza de la juventud es doloroso. No es sencillo aceptar la aparición de nuevas enfermedades, y la pérdida de seres queridos. No es fácil, en algunos casos, dejar de trabajar y ver que el dinero merma.
La salud física, las relaciones afectivas, las redes que se han logrado establecer, los proyectos o la falta de éstos, la posición socioeconómica, el nivel cultural y las características personales, son las variables que determinan las múltiples formas de envejecer.