Yo había sugerido que vieran dos películas para graficar los conceptos que trabajaríamos (“La vita é bella”, dirigida por Roberto Benigni y “The Pursuit of Happiness”, dirigida por Gabriele Muccino). En el encuentro las comentamos y, por supuesto, se volcaron ejemplos personales.
Entre todas fuimos descifrando cuáles son las características que debe tener una persona para poner en juego su capacidad de resiliencia ante situaciones difíciles. Resumiré en un breve listado dichas características (entre comillas van las transcripciones textuales de los comentarios):
-“Saber sacar lo mejor de sí misma”.
-“Tener sentido del humor. Para poder reírte de la situación o de vos misma”.
-Poder generar una especie de cobertura “para que ciertas cosas te resbalen, para que no te penetren”.
-Saber mirar “la mitad llena del vaso”.
-Mientras se transita la situación difícil una tiene la convicción de que eso no va a terminar nunca, “hay una sensación de infinito”. Por lo tanto, lo ideal sería poder decirse a una misma: “estoy en medio de una tormenta, pero eso se va a pasar”.
-“Tener un proyecto, para unos en el corto y para otros en el largo plazo”.
-“Estar con un “otro” que te ayude a sostenerte”.
-“Ser creativa”.
-“Percibir que estás en un lugar en el que te sentís moralmente justa” te da fuerza.
Más allá de historias personales, todas tenemos algo en común: hemos emigrado. Con matices diferentes, para todas fue una situación “intensa”. Como dijo una de nosotras: “Hay etapas en las que la resiliencia de una se pone a prueba”.
Conversamos largamente sobre dos situaciones extremas: el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial y la represión en la Argentina durante la última dictadura militar.