A partir de este punto comenzamos a evaluar cómo los grandes cambios vitales nos empujan a reconocernos a nosotras mismas. No sólo una vez, sino permanentemente.
Creo que, en vez de parafrasear lo conversado anoche, es mejor citar algunas frases textuales referidas a cuándo nos “perdemos” y cuándo nos “encontramos”.
R: “Me parece que tratamos de encontrarnos a nosotras mismas cuando salimos de la zona de confort”.
G: “Cuando no encontrás tu lugar en tu propia casa. Yo necesito tener un lugar físico en mi casa, si no lo encuentro me empiezo a desdibujar”.
M: “Necesitás marcar territorio.”
L: “Para mí toda mi casa es mi territorio”.
R: “Cuando era chica yo siempre me sentí como caída de un paracaídas, no me sentía integrante de nada en mi casa, tenía poco que ver con los demás. Mi lugar era otro, afuera de mi casa.”
T: “Es que cuando éramos chicas y planteábamos nuestras ideas, algo diferente, nuestros padres nos decían: ´Esta es mi casa´.”
T: “Para mí, encontrarme a mí misma es estar conforme con lo que soy y lo que hago. Lo importante es hacer lo que quiero hacer.”
S: “Sí, más allá de la mirada del otro lo que importa es lo interno. Cómo nos sentimos nosotras.”
A: “Y qué hacer cuando una se encuentra y no se gusta?.”
K: “Yo me encontré a mí misma tiempo antes de mi divorcio. Me casé joven y me dejé moldear por mi marido. Ese era mi espacio. Pero cuando me encontré, encontré a una mujer más fuerte de lo que era, más capaz. Saqué fuerza, conocimiento.”
E: “Yo también, cuando empecé a encontrarme me separé.”
Yo les comenté los conceptos de endoesqueleto y exoesqueleto que a mí me sirven para entender la fragilidad o solidez de alguien.
El endoesqueleto es el esqueleto interno que soporta los músculos y tendones de muchos animales. Las personas que saben quiénes son, es como si generaran una columna vertebral mental que les permitiera estar de pie, ubicarse en el espacio y en relación con otros. Saber dónde están paradas y desde dónde hablan y se comunican con el mundo. Es el “acá estoy yo”. Es el ser sujeto.
Hay animales (los camarones, por ejemplo) que tienen exoesqueleto: el esqueleto va por fuera del músculo, lo recubre y lo sostiene. Y así son las personas frágiles, que parecen no tener un sostén propio y por eso utilizan a los otros como sostén, buscando su aprobación, sus consejos o incluso soluciones a sus problemas. Los otros funcionan como exoesqueleto.
Una de nosotras me pidió ciertos tips o pautas. Le contesté que no hay tales tips, pero que para conocerme, para encontrarme, es importante conocer mi historia, mi pasado familiar; disfrutar el presente, haciendo lo que me da placer y tener proyectos futuros.
Además, para encontrarme, no solamente puedo indagar mi interior por medio de la introspección, sino que puedo observar mis conductas reales y concretas y mi relación con los demás. Este feedback que nos devuelve el exterior es muy importante para conocernos y encontrarnos.