¿Por qué planteamos que la pareja es una aventura?
Porque es el encuentro de dos seres con experiencias de vida diferentes, con historias familiares diversas, con educaciones distintas. Es el encuentro de dos personas que tienen dos modos de ver la vida y se plantean el desafío de generar juntos un proyecto en común ¡No me digan que esto no es una aventura! Es lógico y esperable que en algún momento surjan problemas.
La relación, que empieza con un profundo enamoramiento (con la concomitante idealización del otro) debe afianzarse a través del tiempo gracias al compromiso, al respeto, a la admiración mutua, al deseo de compartir y a la capacidad de negociar. Todo esto amalgamado por la posibilidad de hablar, de comunicarle al otro lo que uno siente y piensa.
La elección del otro ha variado a lo largo de la historia, y varía en la vida de una persona: no elige del mismo modo un joven de 20 años, que un adulto de 60. Las prioridades son distintas.
La elección de la pareja está determinada por el modelo familiar en el que se ha criado el sujeto. Idealmente se tendería a repetir las experiencias que han sido positivas y a evitar aquellas que fueron desagradables y traumáticas, sin embargo, muchas veces se repite inconscientemente el patrón familiar, haya sido este positivo o negativo.
El nacimiento de los hijos, si bien es deseado por ambos padres, puede acarrear conflictos porque la atención requerida por los pequeños interfiere en la relación de sus progenitores, o porque éstos tienen diferentes criterios educativos.
Una sexualidad placentera es fundamental en el buen funcionamiento de una pareja, y muchas veces puede ser arruinada por factores emocionales, económicos o de comunicación.
Si bien una pareja es la relación entre dos iguales, en ciertos casos, uno de los miembros es más fuerte. Generalmente el que provee el dinero es el que tiene el poder.
Propuestas
Enriquecerse y evolucionar llevando a cabo tanto proyectos individuales como comunes a la pareja.
Mantener una buena comunicación verbal y corporal.
Respetar al otro y hacerse respetar.
Es importante que la pareja tenga “movilidad”, esto es, que sus miembros puedan modificar sus posiciones, que haya intercambio de roles.