<![CDATA[Conversaciones de Salón - Resumen de los encuentros]]>Sun, 12 Apr 2020 01:29:30 -0700Weebly<![CDATA[Recuerdos de adolescencia. Carina Baron]]>Mon, 01 Aug 2016 04:00:00 GMThttp://conversacionesdesalon.com/resumen-de-los-encuentros/recuerdos-de-adolescencia-carina-baron​Anoche, cuando les propuse que comenzáramos a contar nuestros recuerdos de adolescencia, al unísono y con mucha intensidad, desde distintos lugares de la mesa se oyeron respuestas totalmente encontradas. Nos reímos y empezamos a describir qué era lo positivo para unas y qué lo negativo para otras.
Con una enorme sonrisa, que delataba momentos muy felices, una de nosotras dijo que para ella la adolescencia fue una hermosa etapa de descubrimiento y de disfrute. “La pasábamos bárbaro” dijo otra. Entre varias recordaron con cariño y entre risas las idas a bailar “en barra”, los primeros tacos altos, el juego de la botellita, el primer beso, los cumpleaños de 15 y manos masculinas buscando tesoros en la oscuridad de un cine.
A continuación, y mostrando el lado opuesto de las vivencias, una de nosotras dijo: “yo no estaba bien en mi propia piel”. Comentó diferencias con sus padres y contó lo bien que le hizo entrar en la facultad y tener su grupo de pertenencia en el Centro de Estudiantes. Esta libertad ofrecida por la Universidad fue compartida por otra de nosotras, que había padecido la escuela de monjas.
La mayoría comentó “cortocircuitos” con los padres vinculados a la sexualidad (la culpa por tener deseos sexuales, el temor al embarazo, “el qué dirán”) y básicamente a la falta de libertad. El siguiente comentario es clarísimo:
“Odié la adolescencia. Y el mejor recuerdo que tengo es el último timbre de quinto año. Era feliz porque era libre.”
La adolescencia es una etapa de la vida en la que los cambios del cuerpo, la mente y el entorno se vuelven difíciles de entender y manejar, tanto para el adolescente como para los padres.
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<![CDATA[Recuerdos de infancia. Carina Baron]]>Tue, 12 Jul 2016 04:00:00 GMThttp://conversacionesdesalon.com/resumen-de-los-encuentros/recuerdos-de-infancia-carina-baronPropuse que cada una escribiera un recuerdo de infancia: una anécdota, un diálogo, recuerdos sueltos, momentos, buenos o malos, escritos con o sin faltas de ortografía, no importaba, porque cada una iba a leer su propio escrito.
Gatos bañados y entalcados, jazmines y ciruelos en flor, vacaciones en la playa o en la quinta, Reyes Magos, violetas y caracoles, cuentos inventados por papá, vestidos blancos almidonados, un piano y el amor por la música, un disfraz hecho por mamá, la comida de la tía  y la casita de muñecas en la escuela fueron algunos de tantísimos recuerdos que nos emocionaron y nos hicieron reír anoche.
Fue muy interesante para todas “conversar” de este modo. 
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<![CDATA[Mascotas. Carina Barón]]>Mon, 02 May 2016 18:30:17 GMThttp://conversacionesdesalon.com/resumen-de-los-encuentros/macotas-carina-baronEn nuestro encuentro, a partir de comentarios y anécdotas personales, trabajamos sobre la importancia que tienen las mascotas para algunas de las participantes.
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<![CDATA[Trabajamos sobre una película. Carina Barón]]>Mon, 04 Apr 2016 18:25:52 GMThttp://conversacionesdesalon.com/resumen-de-los-encuentros/trabajamos-sobre-una-pelicula-carina-baron​En el encuentro de este mes comentamos una comedia, cuyo tema gira en torno a los problemas de pareja.]]><![CDATA[Desilusión. Carina Barón]]>Mon, 07 Mar 2016 19:18:56 GMThttp://conversacionesdesalon.com/resumen-de-los-encuentros/desilusion-carina-baronMe pareció interesante hablar sobre la “Desilusión” porque era un tema que rondaba nuestras cabezas en las últimas dos reuniones.
¿Cómo construimos una ilusión? La ilusión se arma a partir de deseos, de fantasías. Un buen ejemplo es el enamoramiento: una mujer suma a las características positivas del hombre amado las que están en su cabeza, en su fantasía. Y construye un hombre mitad real, mitad ilusión… mitad de la que se desilusionará más adelante…
La desilusión es un sentimiento muy complejo que incluye: sorpresa, tristeza, insatisfacción, enojo y frustración.
Algunas mujeres del grupo plantearon que también la esperanza, los proyectos y las expectativas serían sinónimos de ilusión. Es decir que podríamos decir que habría una ilusión “constructiva” o “positiva” en términos de una fantasía inicial que llevada a la práctica se convertiría en un hecho que nos daría satisfacción.
Pero, entonces, habría una ilusión “destructiva” o “negativa”, que sería aquella que nos impide ver la realidad, la que nos engaña.
Muchas veces es bueno y necesario desilusionarse o desilusionar a alguien. Aunque sea doloroso, es sano desenmascarar lo que no es real. Por ejemplo: desilusionarse de una pareja que no es quien creíamos que era nos permite separarnos y buscar otra persona.
Desilusionar a nuestros padres eligiendo una persona o una carrera que ellos no consideraban que fuera la conveniente para nosotras. Al elegir distinto (desilusionando) nos independizamos, cortamos con deseos de otros que no son los nuestros.
Lo mismo podemos decir de nuestros hijos: no son lo que habíamos creído que eran. No los conocemos en todos sus aspectos.
Todas sabemos que no todo lo que brilla es oro. Y aunque parezca que somos pesimistas, muchas veces, no “engancharse”, no dejarse engañar por algo que parece maravilloso y no lo es, resulta mucho más sano que dejarse llevar por la ilusión.]]>
<![CDATA[Tema Libre. Carina Barón]]>Mon, 01 Feb 2016 19:14:03 GMThttp://conversacionesdesalon.com/resumen-de-los-encuentros/tema-libre-carina-baronLa propuesta de una de las integrantes fue que en este encuentro no hubiera un tema prefijado. Y así fue.​
Una de nosotras abrió la reunión recordando lo ocurrido en un encuentro anterior, en el que ante la pregunta “¿Elegirían al mismo marido?” solo una respondió positivamente.
Se habló de la relación de pareja, de la elección que se hace en la juventud y de la evaluación que se hace después de diferentes situaciones vitales compartidas con el marido. Algunas comentaron estar satisfechas con lo logrado y otras plantearon la necesidad de hacer cambios.
Una de nosotras expuso que hace un tiempo se está cuestionando acerca de ella, más allá de su relación con su marido. Y planteó lo importante que es “aceptarse”, dejando bien en claro que no es lo mismo que “resignarse”. Sus cuestionamientos giraron en torno a “¿Cuánto valgo yo?”, “¿Cuánto me valorizo yo?”, “Esto que soy yo: ¿lo voy a cambiar?”, “Tengo que aceptarme como soy.”
A partir de aquí dejamos de “mirar hacia afuera” y comenzamos a hacerlo “hacia adentro”. Dejamos de hablar de la pareja y nos centramos en cada una.
Hablamos de lo que hicimos y de lo que cada una tenía pensado que lograría. De la exigencias internas y externas. De los ideales cumplidos y los no cumplidos.
Se habló de las ilusiones y desilusiones. Ante el cuestionamiento de si era bueno tener expectativas y correr el riesgo de verse defraudada, surgieron las afirmaciones de la importancia de tener objetivos y proyectos.
El tema de la desilusión se vinculó no solo con nuestras expectativas personales, sino con las puestas en nuestros maridos. A partir de acá se habló del envejecimiento que trae aparejada la enfermedad de la pareja y la propia. Y también la pérdida.

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<![CDATA[Tipos de Relaciones de Pareja. Carina Baron]]>Mon, 04 Jan 2016 19:08:26 GMThttp://conversacionesdesalon.com/resumen-de-los-encuentros/tipos-de-relaciones-de-pareja-carina-baron
La propuesta fue pensar, entre todas, distintos Tipos de Relaciones de Pareja.
Hablamos sobre los encuentros en sitios de internet para parejas, de las relaciones a distancia, de las parejas con personas de otra cultura, de  los  “amigos con beneficios”, de las relaciones medianamente normales, las relaciones tóxicas (tema que trabajamos en otro encuentro, hace unos años), las relaciones de dominación-sometimiento, etc.
Creo que transcribir algunas frases puede ser lo más gráfico:
“La pareja es una institución en la que se ponen en juego muchas cosas: lo económico, los hijos, el sexo, los amigos, la tolerancia. Hay que jugar muchos roles.”
“Es un trabajo.”
“La pareja es una sociedad.”
“Elegís cuando sos joven y no ves más allá. Somos dos personas diferentes cuando a los 20 años elegimos la pareja y años después cuando reflexionamos…”
“Y a veces “deselegís.”
“Antes, cuando eras joven, creías que lo sabías todo, pero con la edad vemos claramente lo que tenemos al lado: maridos, hijos, familia. Lo bueno y lo malo.”
“El problema es cuando uno cambia y el otro no.”
"Emigrar es una prueba difícil para la pareja.”
“Un ingrediente importante en una pareja es el buen humor.”
“Es curioso que muchas veces lo que primero enamora del otro es motivo de consulta después.”
Cuando una de nosotras en un momento preguntó: “¿Quién se casaría de nuevo con el marido?” Solamente una levantó la mano… para pensarlo…

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<![CDATA[La competencia en la pareja. Carina Barón]]>Mon, 07 Dec 2015 20:10:08 GMThttp://conversacionesdesalon.com/resumen-de-los-encuentros/la-competencia-en-la-pareja-carina-baronEl tema de este lunes fue “La competencia en la pareja” y una de nosotras abrió la charla resumiendo la idea en una frase: “Yo soy mejor que vos!”

En una pareja se puede competir por el nivel académico, los ingresos, el lugar en la familia, el tipo de trabajo, o simplemente el hecho de trabajar o no trabajar, la relación con los hijos, el nivel de inteligencia, el estado físico, la cantidad o calidad de amigos, e incluso el desempeño sexual.

Hay personas particularmente competitivas en los distintos ámbitos de su vida y la pareja es un lugar más de competencia.

Por otra parte es válida cierta dosis de competencia que surge de pretender imponer los modos de vida que nos han sido inculcados en nuestras familias. Una de nosotras lo ilustró diciendo: “Yo a mi marido siempre le digo: ‘Somos de dos tribus’”.

En otras épocas los roles estaban tan divididos que parecía no haber conflicto: la mujer se ocupaba de la casa y los hijos, y el hombre salía a trabajar. Ahora ambos, al compartir los mismos espacios, se comparan y compiten.

Algunas de nosotras plantearon que en las parejas jóvenes no se daría esta competencia. Creen que no existen roles fijados por el género y que cada uno desarrolla roles intercambiables sin competir con el otro.

Lo ideal sería que los logros individuales fueran disfrutados por ambos. Que diera satisfacción admirar a quien se tiene al lado. Pero en muchas parejas surge la envidia y el resentimiento cuando uno de los dos es exitoso.


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<![CDATA[Logros. Carina Baron]]>Mon, 26 Oct 2015 21:08:18 GMThttp://conversacionesdesalon.com/resumen-de-los-encuentros/logros-carina-baronEl lunes nos preguntamos ¿qué es lograr algo? Y nos contestamos: es alcanzar una meta, es conseguir lo que se desea.

Abrimos la charla con una frase de Bertrand Russell: “Cuando una persona sabe para dónde va, el mundo entero se aparta para darle paso”.

Hay logros pequeños y logros enormes. Logros internos, que solo son importantes para mí y que solo yo conozco. Y también hay logros de los que los demás son testigos. 

Los logros dependen de los diferentes momentos de nuestra vida.
Una de nosotras dijo: "Me gustan los logros de esta etapa de la vida porque son chiquitos, son más cerquita y los puedo alcanzar".

Hay gente capaz de logros laborales y económicos, pero incapaz de logros afectivos y de relaciones personales. Y viceversa.

Dijimos que es positivo ser ambiciosa, aunque de chicas nos inculcaran lo contrario.
Hablamos de los "benditos" mandatos familiares y culturales que muchas veces nos frenaron o intentaron hacerlo.

Y nos preguntamos: ¿Qué hace que una persona alcance algo que desea?
-Primeramente: siente un deseo. El deseo es el motor.
-Se plantea metas y deja de lado aquello que no es realista o razonable.
-Elabora estrategias concretas.
-Lucha contra las críticas internas (que son las peores) y las dificultades externas.
-Es perseverante. Tiene la energía, la “agresividad” necesaria para seguir adelante y abrirse paso.

Planteamos que hay personas que están orientadas hacia el logro y otras hacia la evitación del fracaso. Sus conductas son muy diferentes. Para las primeras una tarea complicada es un desafío y para las segundas una amenaza; las primeras querrán aprender algo nuevo, las segundas abandonarán al primer intento.

Esto último nos llevó a hablar brevemente sobre la procrastinación, que es el retrasar una actividad poniendo excusas, sustituyéndola por otra tarea más agradable, incluso irrelevante.


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<![CDATA[La Sexualidad II. Carina Baron]]>Mon, 28 Sep 2015 20:59:41 GMThttp://conversacionesdesalon.com/resumen-de-los-encuentros/la-sexualidad-ii-carina-baronEn el encuentro de este lunes conversamos sobre “Sexualidad y cultura”.

Hablamos de la tradición musulmana y de la judeo-cristiana, pero dedicamos la mayor parte del tiempo a hablar sobre culturas poco conocidas por nosotras. Yo llevé material sobre Japón, China, Tailandia, Indonesia e India, que se enriqueció con relatos de algunas viajeras del grupo.

Conversamos sobre lo que ocurre en la India con las viudas: se visten de blanco, rapan sus cabezas y pasan a pertenecer a la casta de las intocables. Son repudiadas por sus familias, se les priva de sus posesiones y viven gracias a la caridad. Recordemos que, como muchos matrimonios son arreglados y hay niñas casadas con hombres mayores, muchas de estas viudas son niñas pequeñas. Sugerí en la reunión que para este tema vieran la película “Water”, dirigida por Deepa Mehta, del año 2005.

Hablamos extensamente sobre la sexualidad en Japón y destacamos la contradicción (o tal vez la relación directa) que hay entre la falta de interés por las relaciones sexuales y la creciente industria del sexo.

Conversamos sobre las alarmantes cifras de la prostitución en China y sobre la transexualidad en Indonesia y Tailandia.

A lo largo de la charla aparecieron dos elementos comunes a la mayoría de las culturas: 1) son sociedades machistas y 2) “La mujer como fruto de la tentación”, “La mujer es el objeto de deseo” (en palabras de las participantes).

Existe la idea de que la mujer no puede controlar sus apetitos sexuales y es la culpable del deseo masculino. Ella es la que provoca el descontrol de ambos y por lo tanto hay que controlarla. En realidad ambos tienen apetitos sexuales, pero se proyectan los del hombre sobre la mujer y después se la rechaza, se la estigmatiza.

Ejemplos de ello se ven claramente en sociedades donde las mujeres deben ser cubiertas para no seducir a hombres ajenos. Ocultan su sensualidad tanto con una peluca como con una larga túnica de la cabeza a los pies.

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